11/09/2025
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En los rincones boscosos, zonas rurales e incluso en áreas urbanas de México y América del Norte, existe un curioso personaje que pocas veces recibe la atención que merece: el tlacuache blanco, también conocido como zarigüeya de Virginia (Didelphis virginiana). Su peculiar aspecto y hábitos nocturnos lo han rodeado de mitos y leyendas, pero más allá de esto, es un animal indispensable para el equilibrio de los ecosistemas.

¿Cómo es el tlacuache blanco?

El tlacuache blanco es fácilmente reconocible por su pelaje gris claro o blanquecino, su rostro de tonos pálidos y su larga cola desnuda y prensil que utiliza como una “quinta mano” para trepar árboles o mantenerse estable en las alturas. Su cuerpo puede medir entre 40 y 55 centímetros, más otros 30 o 50 centímetros de cola, y su peso varía de 2 a 5 kilos.

Aunque algunos lo confunden con ratas por su hocico alargado y su cola sin pelo, el tlacuache es en realidad un marsupial, pariente de los canguros y koalas de Australia, lo que lo convierte en un ser verdaderamente especial en el continente americano.

Un aliado invisible para la naturaleza (y para nosotros)

Pocas personas saben que el tlacuache blanco desempeña un papel crucial en el medio ambiente:

  • Controla plagas: se alimenta de insectos, roedores pequeños y serpientes (incluso puede resistir ciertas mordeduras venenosas).
  • Limpia el entorno: consume carroña y basura, evitando la propagación de enfermedades.
  • Dispersa semillas: contribuye a la regeneración de los bosques al esparcir semillas de las frutas que come.

Además, este marsupial cuenta con una habilidad sorprendente: cuando se siente en peligro, puede “hacerse el muerto” (tanatosis), quedando inmóvil y exhalando un olor desagradable para ahuyentar a sus depredadores. Un truco que ha garantizado su supervivencia por millones de años.

¿Por qué proteger al tlacuache blanco?

En muchas comunidades, estos animales son perseguidos por creencias erróneas o temor infundado. Sin embargo, el tlacuache blanco no es agresivo ni representa un peligro para el ser humano; al contrario, es un gran aliado para mantener limpios y saludables los entornos naturales y urbanos.

Cuidar y respetar a esta especie es proteger una parte vital de los ecosistemas de México y América del Norte.

Un animal lleno de leyendas

El tlacuache blanco también tiene un lugar en la cultura popular. En varias leyendas mesoamericanas, este animal es considerado el astuto ladrón del fuego, aquel que llevó la luz a la humanidad desafiando a los dioses. Un símbolo de ingenio, resistencia y humildad.

🌿 En conclusión:

La próxima vez que veas un tlacuache blanco cerca de tu hogar o en el campo, no lo ahuyentes ni temas: estás frente a un pequeño guardián de la naturaleza que, en silencio, trabaja cada noche para mantener el equilibrio de nuestro mundo.