En 2013, Diego Luna y Camila Sodi pusieron fin a su matrimonio, pero lo que parecía el cierre de su historia resultó ser el inicio de una nueva etapa, marcada por la cercanía y el respeto mutuo. “Es mi familia para toda la vida”, ha dicho Diego, y los hechos lo confirman.
La historia comenzó en 2007, cuando se conocieron durante el rodaje de El Búfalo de la Noche. Un año después se casaron y formaron una familia con la llegada de sus dos hijos: Jerónimo y Fiona. Aunque el divorcio llegó en 2013, la ruptura no implicó distanciamiento.
Lejos de cortar lazos, la expareja continuó asistiendo a eventos familiares, apoyándose en lo profesional e incluso manteniendo un vínculo cercano con la familia Sodi, incluida Ernestina, madre de Camila.
Camila ha reconocido que el proceso no fue sencillo, pero que el secreto estuvo en “formar un súper equipo” en la crianza de sus hijos, basado en comunicación constante y apoyo mutuo.
Hoy, su relación posdivorcio genera opiniones encontradas: para algunos, es un ejemplo de madurez y amor familiar; para otros, un vínculo que podría impedir cerrar ciclos.
Desde las primeras fotos como pareja hasta las salidas actuales con sus hijos, las imágenes hablan por sí mismas. La pregunta queda abierta: ¿lo suyo es admiración… o exceso de cercanía? 📸

