Irving, de 13 años de edad, trabajaba como ayudante en una carnicería de la colonia Predio la Laguna en Veracruz, entregando los pedidos que les hacían llegar.
A bordo de su bicicleta recorría la colonia llevando el mandado a las diferentes casas del lugar para obtener algo de dinero y ayudar a su familia.
Era conocido como «el niño de los mandados», ya que no solo repartía la mercancía de la carnicería, sino que también se ofrecía para realizar mandados a los vecinos de la colonia.
La tarde del sábado 29 de julio, mientras realizaba la entrega de un pedido, murió electrocutado en una de las calles inundadas, pues horas antes el municipio había sufrido la caída de una fuerte lluvia.
El charco de gran tamaño que se formó en la calle Vasco de Quiroga, obligó a Irving a tener que rodearlo y pasar por una orilla en su bicicleta. Para no perder el equilibrio, el menor se apoyó de una estructura metálica perteneciente a una casa deshabitada, sufriendo una descarga eléctrica que lo llevó a la muerte.
Vecinos que se percataron de lo que había sucedido, acudieron al auxilio e intentaron sacarlo del charco; el dueño de la carnicería en la que el menor ayudaba, decidió llevarlo al hospital, ya que los socorristas tardaban en llegar, pero Irving ya no contaba con signos vitales.
La dolorosa noticia tuvo que ser entregada a su madre, quien no estaba en el momento del accidente, pues se encontraba trabajando.
El lugar permanece acordonado con cintas de «peligro» y aún se puede ver el charco en la calle Vasco de Quiroga que Irving quiso evitar sin saber lo que le sucedería después.
«El niño de los mandados» dejó de estudiar para ayudar en casa
A pesar de su corta edad, el pequeño de 13 años decidió dejar de estudiar tras terminar de cursar la primaria, y así poder ayudar a su mamá, quien era madre soltera y a diario se apretaba las manos por la carga económica que tenía.
Como hijo de una madre soltera, Irving se esforzó por aliviar es carga de la cual sufrían, fue así que decidió realizar mandados a los vecinos de la colonia Predio la Laguna y llevar algunas monedas a su hogar.
A sus 13 años, «el niño de los mandados» deja un vacío en la comunidad, pues su amabilidad y actitud de servicio se extrañará profundamente y será recordada por todos los vecinos.
Con información de Imagen de Veracruz
