06/07/2024

Meirivone Rocha Moraes no tiene agalmatofilia. Esta brasileña ha creado toda una historia en redes donde finge tener una relación con un muñeco de trapo

Meirivone Rocha Moraes es una brasileña de 37 años se está convirtiendo en una celebridad de internet. Su historia ficticia de amor con un muñeco de trapo ha traspasado fronteras y ha despertado el interés de miles de personas.

¿QUÉ ES LA AGALMATOFILIA?

En el pasado ya habíamos hablado de un caso de agalmatofilia. Yuri Tolochko se volvió viral en internet a mediados de 2021 por publicar su relación con una muñeca de silicona.

Y, precisamente, en esto consiste la agalmatofilia: el deseo sexual hacia estatuas, muñecos, maniquíes y otros objetos similares.

Ciertamente, el caso de Meirivone es particular. La mujer ha usado la agalmatofilia como puente para crear una cuenta ‘familiar’ a modo de parodia donde sostiene una relación con un muñeco de trapo. La mujer no solo vive su papel, sino que cuenta todo lo que hace con ‘Marcelo’ a diario.

MEIRIVONE Y SU MUÑECO DE TRAPO

Sus historias van desde simples paseos, hasta supuestas infidelidades del muñeco de trapo. Incluso, Meirivone Rocha Moraes dice que ya tienen un hijo y está embarazada del segundo.

«Estoy muy contenta porque estoy embarazada de Marcelo otra vez… esta vez vamos a tener una nena. Estamos muy felices», dijo en uno de sus videos. «Desde que descubrí que me había engañado, hemos estado muy distantes… Seguimos viviendo en la misma casa, pero ya no es lo mismo. Pero ahora, por el bebé, las cosas son diferentes. Marcelo se ha mostrado mucho más cariñoso conmigo y creo que eso mejorará nuestra relación. Este nuevo bebé salvará nuestro matrimonio».

A la sazón, Meirivone también ha hablado de las ‘falsas alarmas’ que ha tenido en su relación, así como los síntomas de sus embarazos. En serio vive su papel.

 

La historia de Meirivone y su muñeco de trapo no es un hecho aislado. De hecho, recientemente se conoció el caso de Cristian Montenegro, un colombiano que tiene una familia de trapo. Sin embargo, el caso de Cristian parece que sí es real.

Su caso pasó de la curiosidad a la indignación en Colombia luego que el sujeto llamara una ambulancia porque su muñeca de trapo estaba enferma.

 

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