11/09/2025
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Sintió que el corazón se le salía del pecho. Detrás de ella escuchó varios pasos, dos huellas húmedas salían del baño. Para ella fue evidente, algo la perseguía por la casa.

Liss salió huyendo, alguien estaba con ella esa tarde, algo no humano ni natural.

Corrió hasta la casa de su madre y le contó todo lo que le había pasado. Su madre preocupada al ver su nerviosismo dejó sus quehaceres y acudió con ella misma a revisar. Al llegar no pudo ver nada, ni escuchar ningún sonido, ni pasos, ni huellas, nada. Pero su hija no era de fingir miedos. Siempre fue valiente, pero esta vez algo la había asustado.

Más tarde llegó su marido, Liss le contó todo, mientras que su madre preocupada desde la silla de enfrente la escuchaba. Lloraba triste y desesperada. Se le hacía un nudo en el corazón, sentía un miedo honesto, una preocupación inevitable, al punto de difícultársele respirar.

Ambos trataron de calmarla, de hacerla entrar en razón, para ellos quizá fue su estrés, o talvez su imaginación. Igual le aseguraron que llevarían a un cura al siguiente día a la casa.
Y Liss se quedó más tranquila.

Al siguiente día, justo a las dos de la tarde, sucedió. Mientras Liss se bañaba resbaló en la fina tina de baño y se golpeó la cabeza, quedó sumergida por varios minutos debajo del agua, y perdió la vida.

Entonces su espíritu salió a recoger sus pasos. Caminó desde el baño, por toda la casa, dejando dos huellas húmedas en el piso.

Fue su marido quien la encontró al volver del trabajo. Estaba hinchada producto del agua en sus pulmones. Al llegar la noche su madre lloraba mientras se llevaba a cabo el velorio de su hija.

Comentaba a sus amigas que su hija había sentido algo la tarde del día anterior.

«Me dijo que dos pasos de algún fantasma la asustaron en la casa» decía la madre de Liss.

Y todos entendieron, era Liss misma recogiendo sus pasos.

Y mientras su marido lloraba, el cura empezaba su sermón fúnebre. Él había cumplido su promesa, un cura fue a la casa ese día, tal como le aseguró a su mujer la tarde anterior.

Créditos a quién corresponda.